El inicio presencial del curso escolar en septiembre supuso un momento de gran incertidumbre en las familias y también en los profesionales. ¿Cómo lo vivieron?
Lo vivimos con preocupación, permaneciendo expectantes, aunque las noticias que teníamos del inicio escolar en otros países europeos ya aportaban datos de que no había supuesto un aumento en el número de casos entre los pacientes pediátricos, y como se ha visto, no se ha puesto en riesgo la salud escolar ni social porque los colegios permanezcan abiertos. Como ya se nos venía informando en las publicaciones, los niños no son los principales transmisores del virus y éstos se infectan fundamentalmente de sus contactos familiares. Por otro lado, la comunidad educativa ha realizado un gran esfuerzo junto con las familias para cumplir todos los protocolos establecidos por el Departamento de Educación consiguiendo de esta manera que el calendario escolar siga su curso. A fecha de 4 de febrero 2021, los datos que nos proporciona Educación, hacen referencia a que el número de aulas clausuradas representa el 1,33% del total. La comunidad educativa y las familias están demostrando un gran compromiso.
La Covid-19 en la infancia tiene un comportamiento leve, de 44.872 niños alaveses de hasta 14 años, han ingresado 0.02%
Pese al temor inicial de colapso en pediatría al poder sumarse los casos Covid con las altas cifras habituales de consultas por bronquiolitis por VSR, no se ha llegado a producir, todo lo contrario. ¿Es debido a las medidas higiénicas?
Efectivamente, las epidemias habituales de la época invernal en pediatría son las infecciones por virus respiratorios (VRS, gripe, etc…) que este año no se están produciendo, en parte podrían explicarse por las medidas higiénico sanitarias implantadas, que por otro lado no dejan de ser las medidas estándar para este tipo de infecciones y además el SARS-CoV-2 ha desplazado a estos virus. Las noticias que han llegado del hemisferio Sur reflejan que la onda epidémica por VRS se ha trasladado a su primavera, época donde el virus tiende a atenuarse. Está aún por ver qué ocurrirá en nuestro medio. Si coexistieran ambos virus, supondrá un problema añadido.
Los casos de niños infectados por el coronavirus SARS-CoV-2 en España apenas representaban el uno por ciento del total en la primera ola de Covid-19, cuando se diagnosticaron 1.400 casos, de los cuales el 20% o el 25 por ciento requirieron hospitalización y solo 52 casos ingresaron en UCI. En la segunda ola, a finales de agosto, la proporción de niños infectados con el SARS-CoV-2 ya era del seis por ciento del total de España y, a finales de septiembre, ya se habían registrado 66.000 casos de niños infectados, lo que supone el 12 por ciento del total de casos reportados por el Ministerio de Sanidad. ¿A qué se debe ese aumento de porcentaje?
En los primeros meses de la pandemia apenas se realizaron pruebas diagnósticas en la infancia, con lo que esa primera ola no puede ser un punto de referencia para comparar datos. A fecha del 3 de febrero los datos del Ministerio de Sanidad informan de algo más de 320.000 niños de 0 a 14 años diagnosticados de COVID-19, desde el 10 de mayo, (aproximadamente un 4% del total de la población pediátrica),con una tasa de hospitalización del 2.7%, ingresando en cuidados intensivos el 0.1%. A nivel de la Comunidad Autónoma del País Vasco, a fecha del 31 de enero, el 6,1% de los niños de 0 a 9 años y el 10.3 % de los de 10 a los 19 años, han resultado infectados. El aumento respecto al inicio de la pandemia se debe por un lado, a la mayor capacidad diagnostica (test PCR, Ag…), también para el paciente pediátrico y a la concienciación del pediatra de realizar un diagnóstico precoz, ante la sospecha clínica, que permite detectar los casos cuantos antes y así poder mitigar el aumento de los contagios.
Los niños que se infectan con el coronavirus SARS-CoV-2 presentan cuadros más leves que los adultos, de menor duración, con menos síntomas y menor probabilidad de contagiar a otras personas. Los síntomas que tienen son cuadros febriles, catarrales o gastrointestinales. Algunos también evolucionan hacia neumonías, aunque suelen ser cuadros menos graves que los de los adultos. ¿Por qué a los niños no les afecta de forma tan grave el Covid19?
Este tema es muy interesante y está pendiente de dilucidarse. Parece ser que la propia biología del paciente pediátrico, con menor expresión de receptores celulares ACE- 2 a nivel pulmonar, la secreción de surfactante, la respuesta inflamatoria que desarrollan y el comportamiento de su sistema inmune o incluso la posibilidad de contacto previo por otros coronavirus estacionales, pueda explicar el comportamiento más leve del SARS CoV-2 en la infancia. Afortunadamente, menos del 3% de los pacientes pediátricos infectados por SARS-Cov-2 han necesitado hospitalización y menos del 0,1 % su ingreso en UCIP.
En cuanto a nuestra experiencia en la planta de hospitalización pediátrica, han ingresado desde marzo 2020 a enero 2021, nueve pacientes, dos de ellos menores de dos años, el resto con una media de edad de diez años. En ésta última franja de edad, tres fueron diagnosticados de un síndrome inflamatorio multisistémico asociado al SARS-Cov-2, precisando su traslado a cuidados intensivos pediátricos del hospital de Cruces, nuestro hospital de referencia. Afortunadamente con buena evolución clínica posterior y en seguimiento actual en nuestras consultas de cardiología infantil.
En resumen, la Covid-19 en la infancia tiene un comportamiento leve, de 44.872 niños alaveses de hasta 14 años, han ingresado 0.02%.
Sin embargo, si indican que los niños son más susceptibles al contagio con la cepa de Londres
Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo, la cepa de Londres, está presente en España y se están detectando cada vez más casos en varias comunidades autónomas. Se están realizando estudios para tener una visión más ajustada del nivel de circulación en España. Esta variante implica un mayor riesgo de transmisión, lo que podría ocasionar un mayor número de ingresos, en proporción con el aumento de la incidencia. No se sabe si las personas infectadas por esta variante, van a tener mayor riesgo de padecer una enfermedad más grave. En relación a que los niños sean más susceptibles a esta variante, no tenemos datos al respecto, aunque al tener mayor riesgo de transmisión, la población pediátrica también podría verse más afectada, como el resto de los grupos de edad.
Los menores no entran dentro del grupo objetivo de vacunación Covid-19. ¿A qué se debe?
Los ensayos clínicos sobre vacunas frente al SARS CoV-2 han sido desarrollados en adultos, por tanto, no disponemos de datos sobre efectividad y seguridad de las mismas en la población infantil. Diferentes sociedades científicas están reclamando la realización de estudios específicos para este grupo de edad y alertándonos del riesgo que supone excluir a niños y adolescentes de la protección de las vacunas, ya que esta protección es necesaria para un control global de la pandemia. Recientemente, se ha informado de un ensayo con la vacuna en niños de 6 a 17 años.
¿Cómo recuerdan esas semanas previas al estado de alarma? ¿Cómo lo vivieron en el Servicio de Pediatría?
Desde enero del 2020 comenzaron a desarrollarse los protocolos frente al SAR CoV-2, a nivel de Osakidetza y por lo tanto, también en el HUA. Se establecieron los circuitos de atención a los pacientes infectados o con sospecha de estarlo y protocolos de actuación en base a los conocimientos del momento. La rapidez de los acontecimientos, el desconocimiento sobre este nuevo virus nos hizo estudiar mucho y estar muy atentos a todo lo que se publicaba. Desde el Servicio de Pediatría, desarrollamos nuestro propio protocolo de actuación, nos vimos obligados a reorganizarnos, tanto a nivel de Urgencias como en la planta de Hospitalización.
Quizás el periodo más crítico fue cuando, por necesidades asistenciales, tuvimos que desplazar la urgencia de Pediatría desde la Urgencia general a la planta 1ª B, compartiendo espacio con el área de hospitalización, ubicación de aún hoy se mantiene. La colaboración de todo el grupo ha permitido que podamos funcionar correctamente, sin menoscabo alguno de la calidad asistencial que se merecen nuestros pacientes.
“Las noticias que han llegado del hemisferio Sur reflejan que la onda epidémica por VRS se ha trasladado a su primavera, época donde el virus tiende a atenuarse. Está aún por ver qué ocurrirá en nuestro medio. Si coexistieran ambos virus, supondrá un problema añadido”