El servicio de Radiodiagnóstico está familiarizado con el trabajo con pacientes infecciosos, que potencialmente pueden producir contagios o contaminar salas, pero la magnitud de esta pandemia fue tal en esos primeros meses del año que obligó a rediseñar también este servicio. “Desde el primer momento fuimos conscientes de que teníamos que protegernos con los medios escasos de que disponíamos entonces, dado el contacto directo con el paciente que exige nuestra práctica diaria. También tuvimos claro que debíamos evitar el traslado de pacientes y realizar las pruebas (radiografías, ecografías, etc…) a pie de cama; hubo que conseguir a la carrera equipos de Rx portátiles para cubrir la demanda al paciente covid+ hospitalizado”.
Hemos tenido que ir aprendiendo e intentando ayudar al resto de servicios a gestionar rápido al paciente, tanto en la gestión de la urgencia, como en el manejo de las complicaciones
La Dra. Edurne Arteche Daubagna, jefa del Servicio de Radiodiagnóstico de la OSI Araba, recuerda que en febrero empezaron a ver que muchos pacientes acudían a urgencias con radiografías atípicas: hallazgos a veces sutiles que evolucionaban rápidamente a neumonías extensas, bilaterales, multifocales. “A pesar de ser el primer centro de España donde se inició la pandemia, nuestras radiólogas de la sección de Tórax identificaron rápidamente los patrones radiológicos que pertenecían a la infección por covid y aprendimos a buscar/ver también sus complicaciones”.
“Los momentos más críticos en el servicio, correspondieron a los días viernes 13 y 20 de marzo. “La avalancha de casos nos obligó, en un muy corto espacio de tiempo, a reorganizarnos tanto en el hospital como en la atención primaria (Olaguibel) para crear circuitos adecuados que pudieran dar respuesta a los pacientes de manejo hospitalario y extrahospitalario.”
Una situación que les llevó desde un inicio a reorganizar el servicio ante el temor de que esta avalancha de casos, así como la alta capacidad de infección provocase la paralización del servicio por contagio entre sus profesionales. “Cuando las direcciones médicas nos fueron indicando que se cerraban consultas, quirófano, etc. priorizamos la atención urgente y nos organizamos en turnos para garantizar la atención radiológica permanente dentro y fuera del hospital”.
La Dra. Arteche organizó el servicio para dar cobertura con la prueba radiológica más demandada, la Rx simple de tórax, logrando informar de modo sistemático y según se iban realizando el 100% de las Rx torácicas (incluidas las portátiles) que se hicieron en todo Vitoria-Gasteiz a lo largo de marzo, abril y parte de mayo, durante las 24 horas del día los 7 días de la semana (incluido festivos, como fue la Semana Santa). “Entendimos que ello era fundamental para facilitar el flujo de pacientes y la labor de nuestros compañeros clínicos”. Un ejemplo del volumen de trabajo realizado lo encontramos por ejemplo el día 20 de abril de 2020, cuando realizaron informe radiológico de 205 Rx de tórax frente a las 40 realizadas en la misma fecha del año anterior. De hecho, a lo largo de marzo fueron informadas 5.536 Rx torácicas.
Durante esos meses también se vio incrementado de un modo excepcional el número de ecografías portátiles que realizaron los radiólogos a pacientes COVID a pie de cama en plantas, Urgencias y Ucis así como angioTcs, cardioTCs, y otras pruebas de imagen relacionadas con el diagnóstico y el tratamiento de las complicaciones, ahora bien conocidas, de la infección por covid (por ejemplo, trombosis).
Según Edurne Arteche, por motivo de la pandemia quedaron en suspenso un número aproximado de 2.488 TCs, 4.000 ecografías, 300 mamografías dirigidas o 7.500 Rx simples. Además de otras pruebas como urografías iv, histerosalpingografías, tránsitos intestinales, estudios de deglución, pruebas de radiología intervencionista, punciones y todas las mamografías del programa de detección precoz del cáncer de mama. “Desde principios de mayo, con un nuevo esfuerzo por parte del personal para hacer turnos incluso en días festivos, y limitados por las medidas de higiene y protección que impone la pandemia, se fueron realizando todas las pruebas que se habían dejado de hacer y podemos decir que en septiembre ya estamos prácticamente sin lista de espera o igual que el año previo en las mismas fechas.
En estos momentos, se respira una calma tensa, como en el resto de servicios. Una búsqueda de equilibrio entre mantener la actividad normal y dar soporte a los pacientes con Covid, que exigen varias modalidades de pruebas de carácter urgente y generan un mayor tiempo de dedicación que el paciente no covid, dadas las medidas de higiene especiales que hay que tomar con cada paciente.
Como jefa de servicio, la Dra. Arteche reivindica la importancia de todo el equipo de Radiodiagnóstico: “Hemos tenido que ir aprendiendo e intentando ayudar al resto de servicios a mover rápido al paciente tanto en la gestión de la urgencia, para discernir si el paciente ingresa o no, como en lo relativo al manejo de las complicaciones. Al ser el primer centro de la pandemia en España, nuestra organización sirvió de guía a otros servicios de radiodiagnóstico que requirieron de nuestra experiencia”.
En la actualidad, dice Arteche, “no bajamos la guardia desde marzo. Ha habido mucha voluntad: todo el personal ha querido arrimar el hombro, de todas las categorías, que venían a su puesto de trabajo hasta cuando no les correspondía, por trabajar”.
Y marcará un antes y un después en la organización de los servicios o en algunas prácticas clínicas. “Nos da una lección, para recordar que estábamos perdiendo un poco algunas medidas de asepsia generales. Nos sirve para recordar que hay otras enfermedades que no son Covid y que tenemos que mantener las medidas higiénicas básicas, tener en cuenta que cualquier paciente puede ser infeccioso y aumentar los temas de higiene entre los profesionales”.
“Creo que todo el personal del servicio de radiodiagnóstico, como parte importante del engranaje sanitario, merece un reconocimiento profesional por haber estado al pie del cañón desde el primer momento, con total flexibilidad para ajustarse a las necesidades que iban cambiando cada minuto, con generosidad sin eludir los puestos más duros y por haber mantenido la moral y el buen compañerismo entre todos los miembros”.